EL CULTO


El culto del “Niño Jesús”, considerado en forma totalmente autónoma con respecto a la figura de la Madre, sea en la elaboración teológica, sea en la representación iconográfica, no encuentra referencias precisas en la narración evangélica, mas sólo en algunas reflexiones de los Padres de la Iglesia, y se afirma, a partir de la Edad Media, cuando la religión con el culto de las reliquias, de los peregrinajes, necesita de una amplia visibilidad para las propias representaciones.
Por eso las imágenes representan lo concreto y la espectacularidad.

A este período pertenece la autonomía iconográfica del Niño Jesús. Su culto viene propagado por los franciscanos, a través de una larga difusión con carácter popular y después de la primera representación (el pesebre de Greccio en el 1224 – solicitado por Fracisco de Asís), los hermanos del convento de Belén difundieron las estatuas del Niño.

En el museo encontraréis al Nià±o Jesàºs representado en varios modos ' desnudo y ricamente vestido como un pequeà±o Rey'. Lo veréis también en vitrinas suntuosas, y en pequeà±à­simas cajas que venà­an utilizadas para el transporte y la exhibicià³n del 'Divino Infante' en procesiones, y también para colocarlo en la sala de rezo que se encontraba en las casas de las familias nobles.

De todos modos, en la representacià³n de la vida de Cristo en esta coleccià³n perteneciente a la Seà±ora Hiky Mayr, hay una amplia representacià³n iconogrà¡fica que va desde el 'Memento mori' con la pasià³n y la malinconà­a, hasta los aspectos mà¡s positivos de la infancia.

Esta singular e importante coleccià³n ('àºnica en el mundo' abierta al pàºblico) es en grado de satisfacer, por la amplia variedad de sujetos, ya sea la curiosidad de los estudiosos que al visitante, bajo varios puntos de vista.

ICONOGRAFIA


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